POST: Recopilando...
¡Hola, lectores!
Menudos mesecitos llevamos, ¿no?
Ahora parece que las aguas han vuelto a su cauce, nunca mejor dicho, pero lo cierto es que el desbordamiento del río Ebro es una catástrofe previsible anualmente que no deja de causar graves pérdidas económicas a aquellos que vivimos en la Ribera.
Días después se hundió un pesquero ruso, Oleg Naydenov, cargado de fuel en las riquísimas aguas canarias (¿os acordáis del post sobre las Islas Canarias en el que os hablaba de los viajes de nuestros mayores a través del Imserso?). Un tema que durante días ha abierto los telediarios, ahora apenas ocupa unas líneas en los periódicos. Aun así nadie logra entender como habiéndose incendiado en puerto ha acabado hundido en pleno Océano Atlántico. Parece que quieren convertir nuestras aguas en un auténtico vertedero.
Posteriormente, se incendió el ferry Sorrento encargado de cubrir la ruta Valencia-Palma de Mallorca, teniendo que ser evacuados cientos de pasajeros. Dicho ferry portaba en sus bodegas vehículos y demás materiales contaminantes. Por el momento, ha sido remolcado con éxito al puerto de Sagunto, de donde esperemos no salga en un tiempo.
Además, esta semana la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha declarado en sentencia firme que la licencia de construcción del hotel del Algarrobico es legal. Cada vez entiendo menos. El Tribunal Constitucional tendrá la última palabra en un asunto que se alarga con temeridad. Debemos tener claro que las obras no pueden reanudarse.
Pensándolo mejor igual debería haber titulado este post como "Atropellos medioambientales", este viernes tuvo lugar en la Audiencia Provincial de Valencia la vista de apelación en la que se volvieron a sentar como acusados los #Cofrentes17 tras una sentencia absolutoria en diciembre de 2014. Sin duda, una vista poco usual para los que llevan años en este mundillo.
Finalmente la Sentencia de 15 de mayo de 2015 confirmó la absolución de los 16 activistas en tanto a los delitos de desórdenes públicos, delitos y faltas de lesiones pero los condenó de nuevas por una falta de deslucimiento de bienes inmuebles englobada en el delito de daños del que se les venía acusando, exigiendo el pago de 29.012, 33 euros por la pintada en la torre de refrigeración. El fotoperiodista fue absuelto.
Pese a que la cuantía ha variado y no estando de acuerdo en el fallo, sigue siendo un éxito más para la organización Greenpeace ya que las penas de prisión pedidas y la cuantía inicial eran desproporcionadas tal y como ha sido confirmado por la Audiencia Provincial de Valencia.
Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, espero retomar la rutina de publicación.
Nos vemos en el siguiente post,
M.
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